Cátedra: Teoría y Técnica del Periodismo Gráfico II
Tema: Entrevista en profundidad
Consigna: Volanta, Título y 15 líneas de introducción. Cuerpo de 135 a 165 líneas. Un texto anexo de 40 líneas de biografía novelada. Un texto anexo de 40 líneas de citas directas. Dos fotos con epígrafe y crédito.
Presentado: 04-05-2012
________________________________________________________________________Walter Disanti, periodista
“El profesionalismo
es el compromiso
que uno tiene con
la profesión”
Con más de quince años como profesional de la prensa pero
toda una vida dedicada a la comunicación, con un pie en cada orilla del Paraná,
este comunicador egresado de la vieja escuelita
de la UNNE nos
comenta sobre su modo de entender el periodismo en la región.
Un domingo a la tarde, con sol de otoño, fue el
momento elegido para sentarnos a conversar sobre este tema apasionante. El
lugar, su casa, en Resistencia. La charla fue placentera, entre mates
generosos, amargos, tipo chimarrão
brasileño (Walter nació y se crió en la frontera con Brasil), y Steve Wonder
sonando en lo bajo, dos horas pasaron volando.
Generoso el mate, como el
entrevistado, acompañó la
charla todo el tiempo. FOTO: DIEGO PETRUSZYNSKI
A grandes rasgos, ¿cómo calificarás al periodismo de la región, en qué términos?
Podemos comparar a tres ciudades que son capitales de
provincia como ser Corrientes, Resistencia (Chaco) y Posadas (Misiones). En Corrientes
hay mucha producción periodística local, a diferencia de lo que pasa por
ejemplo en Resistencia. En Resistencia más bien se da el la difusión de la
noticia o información que viene a través de comunicados de prensa, tanto
oficiales como privadas, y lo que pasa en Posadas es similar, mucha difusión y
hay quizás poca producción. No es que en Corrientes esté la panacea ni mucho
menos, pero hay una búsqueda que se da por la competencia entre los medios. En
el caso de Resistencia hay un medio líder, totalmente consolidado como es el
diario Norte, y eso achata la
competencia.
Te parece
digna esa comparación que se siempre se hace entre el periodismo nacional, el
de Capital Federal, y el del interior.
El periodismo de Capital Federal, y hasta de medios
de la provincia, no sé si es mejor, pero tiene una calidad mayor en el sentido
de el periodista trabaja mejor. El periodista de Capital Federal tiene mejores
condiciones de trabajo y de allí parte un factor fundamental para tener mayor
calidad en su trabajo; pero eso no significa que sea mejor que un periodista del
interior. El periodista de Corrientes por ejemplo, tiene un panorama amplio, un
contexto mucho mejor que un periodista de Buenos Aires que focaliza, con buen
criterio, en un aspecto de la información: hay periodistas especializados en
judiciales, en deportes, economía, que está muy bueno y así debe ser, pero un
periodista de Corrientes quizás conoce a grandes rasgos varios aspectos...
Qué sucede
en las relaciones entre los periodistas y los propietarios, con qué criterios
se manejan.
Son criterios distintos, porque el empresario quiere
ganar y que su empresa sea una fuente de ingresos económicos, fundamentalmente.
Y el periodista quiere trabajar, desarrollarse en su vocación, en lo que
quiere, en lo que ama, en lo que le gusta, que es el periodismo. Estos dos
intereses son compatibles, no son incompatibles, pero pasa que la relación
propietarios – dueño de un medio es una relación verticalista, cien por cien;
es jerárquica, donde el empresario dispone de una diferencia de fuerzas notoria
a su favor. Dispone de lo que el periodista finalmente termina haciendo.
Digamos, un periodista puede decidir en muy pocas veces sobre pocos temas, y
hay temas que se le son impuestos, se le impone la metodología de trabajo,
hasta quizás muchas veces, y lo que es más grave, la confección de esa
información.
En ese
sentido, ¿cómo afecta a la estabilidad del periodista como trabajador?
Es muy compleja la relación, hay muchos factores que
intervienen. Por ahí una orden del propietario muchas veces no se cumple porque
en los canales de comunicación entre el propietario y el periodista hay muchas -no
alternativas- pero sí situaciones que juegan para que el periodista termine
imponiendo su criterio sin que esto signifique que el propietario lo escuchó y
reflexionó y terminó dándole la razón al periodista.
¿Por
ejemplo?
Te comento una anécdota que puede ser un ejemplo:
había un diario local en Corrientes donde la hora de cierre de una página
estaba prevista para las 20 horas, y la página el periodista entregaba 20:10,
entonces frenar la página implica poner en riesgo la edición, dificultades,
riesgos económicos, porque el diario va a salir más tarde a la venta a la
calle. Entonces el propietario termina dando el “OK” sin saber lo que se
publica en esa página, y el periodista termina forzando una decisión con la que
no estaba de acuerdo el propietario.
¿Qué
cambios notás en el periodismo de la región desde que comenzaste a trabajar
hasta ahora?
Distintos cambios. Por un lado, uno importante en
remarcar es que hay mucha más formación académica entre los periodistas. Los
periodistas que estaban hasta fines de la década del ’90 eran los
“pragmáticos”, los que se formaban en las redacciones, en la radio, en la tele
sin haber pasado por la universidad, o por algún curso, y hay ahora periodistas
formados académicamente en universidades; eso por un lado.
¿Y por el
otro?
Hay un “boom” de medios, especialmente electrónicos,
a través de portales y sitios de Internet, muchísimos. Lo que lamentablemente
no garantiza la calidad; no fue de la mano la aparición de la cantidad de
medios electrónicos con la calidad en la profesión. Para mí la calidad no es
buena.
¿Por qué?
Es un problema complejo: no es buena porque hay
muchos empresarios que pusieron medios, que contrataron periodistas, porque el
interés de ellos no era obtener una empresa de base periodística sino una
empresa para cobrar una pauta publicitaria de un gobierno. Entonces la calidad
no le importaba al propietario, al no importarle al propietario no le importaba
al director, y a su vez la directiva hacia los periodistas o las condiciones de
trabajo para con el periodista no eran las óptimas para tener una buena calidad
de trabajo. Es decir, al periodista se le daba como trabajo la difusión de la
noticia nada más, puede ser oficial, privada, -que es muy poca-, sin importarle
la calidad de la información, sin apoyar el desarrollo de una buena labor
periodística.
¿Qué se
entiende por profesionalismo?
El profesionalismo es el compromiso que uno tiene con
la profesión. A tu vocación, que puede ser captar, codificar y dar a conocer lo
que para una comunidad es importante, le tenés que agregar compromiso para ser
profesional. Compromiso a responder, a no solo ejercer la profesión un sólo
día, en un determinado día del mes, un sólo mes, sino darle continuidad.
Rescatar, desarrollar tu capacidad, y ahí darle continuidad.
Qué notás
que puede ser deficiente, con respecto a la formación en la región.
Lo que yo noto es un divorcio muy marcado entre la
formación académica y el desarrollo profesional, y eso me parece mal. Porque
ambas instituciones como son la formación académica de un periodista, y el
desarrollo profesional -hablándote como institución y dentro de ello las
empresas-, deberían tender permanentes canales, nutrirse, sumar y enriquecerse
entre sí. Me parece muy marcado el divorcio. Entonces, un universitario que
termina la carrera, que se recibe, quizás le falta el roce profesional. Y el
periodista de oficio tiene muchos vicios y errores que, teniendo una formación
académica, no los tendría.
Sobre los
que trabajan al mismo tiempo en el periodismo y en la comunicación
institucional, con los políticos en las campañas por ejemplo, ¿es ético esto?
¿Por qué es tan común acá en la zona?
En principio yo creo que no colisiona con la ética si
vos sos periodista y tenés tiempo para trabajar como difusor. El tema es que va
a llegar un punto donde va a haber tensión, justamente. Una información que vos
tengas y que en tu trabajo de difusión no convenga divulgarse, pero para el
diario es muy rica, eso genera tensión. Hay muchísimas situaciones que se
pueden dar, pero yo creo que lo importante de destacar es la responsabilidad
con la cual uno trabaje. Si uno tiene esa alternativa de trabajar como
periodista por un lado y como difusor por el otro, yo creo que si uno es
responsable y si uno encara con responsabilidad, lo puede hacer.
Muchas
veces en charlas de invitados en la universidad, nos explicaban que esto se da
porque a los periodistas, como periodistas, les cuesta mantenerse, y encuentran
en la comunicación institucional una fuente más de ingresos.
Por eso, exactamente. En el periodismo en general –y
esto creo que es en todo el país pero en la región se acentúa y mucho-, la paga
por el trabajo es poca. En muchos casos es miseria. Hay periodistas que ganan
muy bien, pero en promedio no se gana bien. Entonces el periodista empieza a
trabajar en otras funciones; en instituciones, empleado público...
Y se
desvirtúa la labor...
...y por supuesto que se desvirtúa todo, y el
rendimiento profesional decae. Lamentablemente. Pero yo lo que creo es que no
es incompatible el desarrollo del periodismo con otras áreas de la comunicación
como puede ser la difusión, o la docencia. Uno puede desempeñarse como
periodista y ser difusor como puede ser periodista y trabajar también de
docente. El tema es que uno lo haga con responsabilidad y fundamentalmente,
Diego, que uno trabaje por vocación y no porque el sueldo, el bolsillo, te
demande. Ese es el problema, a mi me parece. El problema de lo económico aquí
se presenta como un factor preponderante y nefasto también; nefasto porque te
condiciona mal, digamos.
Don
Carlitos Marx siempre está metido...
Sí, lamentablemente (risas).
Según algunas encuestas, por ejemplo, la gente compra el diario época, el más vendido los fines de semana, más por los clasificados y no tanto para informarse. Pero por otro lado, mientras en todo el mundo se cierran diarios papel, en la última década se abrieron al menos tres diarios nuevos en la región. ¿A qué se debe esta presunta contradicción?
Walter es un amante de la música, y Steve Wonder fue
la cortina
de esta charla tan amena. FOTO: DIEGO
PETRUSZYNSKI
Según algunas encuestas, por ejemplo, la gente compra el diario época, el más vendido los fines de semana, más por los clasificados y no tanto para informarse. Pero por otro lado, mientras en todo el mundo se cierran diarios papel, en la última década se abrieron al menos tres diarios nuevos en la región. ¿A qué se debe esta presunta contradicción?
Se puede decir en principio que, el surgimiento de
diarios papel en la región responde a un interés empresarial, que tiene como
fin el lucro económico, y que se disfraza de medio de comunicación social
para... no justificar, pero sí para blanquear negocios. Se puede afirmar que un
diario como época, como Norte, vende por la publicidad, por los
avisos comerciales, por los clasificados; es cierto. Pero no me deja de
sorprender que esto proyectado en el tiempo, a lo largo de los años, continúan,
persisten. Hay algún tipo de adhesión, de complicidad social. Y en alguna
medida esos medios satisfacen alguna necesidad de comunicación de la comunidad.
Se está
hablando siempre de que la prensa está en discusión, en todo sentido. Pero
sobre la prensa local, a veces, no se sale más de la crítica fácil de decir “es
solo leer Clarín para darse cuenta
que la prensa de acá escribe mal”...
Mirá, vos ponete a leer Diego los portales de La Nación
de hace tres años, y tienen muchos errores. Y hay redacciones básicas, vicios,
notas que leés y son muy elementales. La crisis en la profesión no es sólo acá,
se da en todos lados. Ellos tienen que un tipo que te trabaja tres, cuatro días
sólo para una página y acá vos tenés que hacer dos o tres páginas, y después
ayudarle a algún compañero que se quedó. Es cierto, el tipo está más formado,
quizás el que está en Buenos Aires está más comunicado con las últimas
tendencias de la comunicación en forma permanente, no podés comparar nunca la Universidad del
Salvador con la UNNE ,
porque tienen de todo, ¡pero yo no sé si son mejores pese a eso! ¿Entendés?
Entiendo...
Vos ves acá que los diarios tienen errores que allá
no ves, y ves el gran apoyo “marketinero” que tienen. Si vos tenés diez tipos
en la producción de un programa de radio, tenés que sacar sí o sí una súper
producción, ¡y ellos tienen! Y acá el productor de radio es un tipo que
implícitamente es un gerente de recursos humanos porque tiene que atender
problemas con el locutor, le falta el movilero que se enfermó, tiene que pagar la
cuenta de la luz de la radio; y allá el tipo que es productor, es productor. Él
no caza el teléfono, te dice “Diego,
llamame a Fulano y pautame para tal
hora”, ¿entendés? Entonces, cómo ponés en la balanza la misma producción. No se
puede.
De un pueblo a dos
ciudades
Walter nació donde el río Aguapey hace esquina con el
Uruguay, en Alvear, interior de Corrientes, frontera con Brasil. Su infancia
allá por los ’70 fue de lo más intrépida y llena de aventuras, y eso se nota en
el brillo de sus ojos cuando rememora anécdotas, vivencias, personajes y
lugares que describe con la riqueza y la soltura que solo un comunicador
apasionado consigue. Las charlas con él son siempre gustosas, porque siempre da
gusto hablar con alguien a quien solo dos palabras caben para describirle: buen
tipo.
En 1994 comenzó a trabajar en la prensa correntina,
mientras estudiaba para recibirse de Técnico en Comunicación Social en la UNNE , en “la escuelita”, como
la llamaban cariñosamente. Pero si se le pregunta cuándo se inició en el
periodismo, él comenta que “la mayoría de los que estudiamos comunicación, pasa
que nos gusta, y desarrollamos la comunicación ya desde siempre”.
La vida de Walter se reparte entre el Chaco y
Corrientes diariamente. En Chaco porque tiene su casa, su familia, compuesta
por su mujer y su hija de cuatro años (no puede contener la baba al hablar de
ella), y por otro lado Corrientes, donde está su trabajo.
Nunca se olvida que sus primeros pasos en la
profesión fueron por LT21 Radio Municipal Alvear, o en el semanario Impacto,
también de su pueblo natal. Pero profesionalmente Walter comenzó en El Litoral,
luego se incorporó a La
República desde su creación hasta hace dos años cuando la
empresa sufrió una profunda transformación. Actualmente se desempeña como
movilero en la mañana de radio La
Red de Corrientes, y a pesar de que sus capacidades dan para
mucho más, todo lo que hace lo hace con empeño y compromiso. Además, confiesa,
la radio es lo que más le apasiona.
Los estudiantes
deberían conducir Radio UNNE
A lo largo de la entrevista se tocó el tema de las
deficiencias que se pueden encontrar en el desarrollo de la profesión en la
región. Walter habló de que nota “un divorcio muy marcado entre la formación
académica y el desarrollo profesional”, y que eso le parece mal. Y al respecto
propuso que “ambas instituciones como son la formación académica, y el
desarrollo profesional, las empresas, deberían tender permanentes canales y
nutrirse, sumar, y enriquecerse entre sí”.
Entonces espetó: “me parece mal la radio de la universidad
no esté conducida por los estudiantes”. Es verdad que los estudiantes de
Comunicación Social cuentan con espacios donde realizar algunos tipos de
prácticas, pero él insistió en que “la radio debería ser conducida por la
facultad”.
Enterado sobre lo que sucedió el año pasado cuando el
director de Radio UNNE, Eduardo A. Del Valle, levantó del aire un programa de
estudiantes de tercer año de la carrera, argumentando que se debía a que no
respetaban el estilo de la radio, Disanti opinó que “la falta de estilo o la
desviación del estilo, debe corregirla la propia facultad”, y remarcó: “Yo creo
que esa radio debe estar conducida por una facultad de comunicación”.
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