Trabajo Práctico
Cátedra: Teoría de la Comunicación Social II
Tema: Nuevo Orden Mundial de la Comunicación
Consigna: Monografía de 5 carillas sobre un tema dado durante la cátedra.
Cátedra: Teoría de la Comunicación Social II
Tema: Nuevo Orden Mundial de la Comunicación
Consigna: Monografía de 5 carillas sobre un tema dado durante la cátedra.
Presentado: 06-2011
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El NOMIC: Un proyecto inconcluso
El Nuevo Orden
Mundial de la Información
y la Comunicación ,
fue un proyecto político orientado a desarrollar un reordenamiento en los
flujos internacionales de información y comunicación.
Se originó en el contexto
de las fuertes tensiones entre los hemisferios oriente y occidente producto de la Guerra Fría (entre los bloques
soviético y capitalista), y fue principalmente impulsado por el movimiento de
los países no alineados (MNOAL), aquellos países que no se encontraban bajo la
órbita directa de alguno de los dos bloques dominantes.
Estos países no
alineados, formados en su mayoría por países del denominado Tercer Mundo,
subdesarrollados o en situación de dependencia, veían desprotegidos sus
intereses y sus soberanías frente al poder que ejercían las superpotencias en
el control de los flujos informativos, tanto en la producción como en la
transmisión de contenidos, y en los ámbitos cultural y social “imponiendo así
una dominación ideológica extraña a los pueblos en vías de desarrollo”1.
En un principio, los planteamientos estuvieron basados en el desigual e
inequitativo sistema de intercambio económico internacional, que favorecía los
intereses de los países centrales en desmedro de los periféricos. Pero
paralelamente se planteó también la inequidad en la participación de los flujos
informativos, dominados por las industrias culturales y agencias de prensa,
principalmente de origen norteamericano.
El lugar por excelencia para llevar adelante los
planteamientos, denuncias y debates fue la Organización de las
Naciones Unidas, y en el ámbito de la información y las comunicaciones, tuvo
especial importancia la
UNESCO. Dentro de estos organismos, los países no alineados
representaban una cifra considerable2 –debido en parte a la
incorporación de nuevos países surgidos de territorios descolonizados- y hacían
valer su peso, por lo que confrontaban directamente con las potencias
occidentales (EEUU y Reino Unido a la cabeza) que impulsaban el voto
calificado.
Es así que este organismo, a través de su presidente
Amadou Mahtar M’Bow, decidió crear en 1977 una comisión internacional para el
Estudio de los Problemas de la
Comunicación , que fue presidida por el político y diplomático
irlandés Sean McBride. Esta comisión estuvo integrada por quince expertos de
diferentes países, quienes con la ayuda de otros académicos y comunicólogos de
todo el mundo, produjeron un informe detallando la situación del modelo
informativo vigente, haciendo en algunos casos fuertes denuncias contra el
dominio que ejercían las empresas transnacionales en el ámbito de las
comunicaciones en los países subdesarrollados.
Este informe, titulado “Voces múltiples, un solo
mundo” pero conocido como “Informe McBride”, en honor a su presidente, es un
documento de carácter político e intelectual, y habla de las “relaciones que se
establecen entre los campos de la comunicación, las relaciones de poder y la
democracia”3. Finalmente fue aprobado en la conferencia de la UNESCO de 1978 y presentado
en 1980.
El documento final no sólo fue un diagnóstico de la
estructura internacional de medios imperante, sino que además propuso una serie
de recomendaciones divididas en varios temáticas, tales como entender a la
comunicación como un derecho, la implementación de políticas de comunicación
para la independencia y el autodesarrollo, el acceso equitativo a las últimas
tecnologías de la información y comunicación, la democratización de la
comunicación, la relación entre el público y la opinión pública, y derechos,
garantías y responsabilidades de los periodistas y demás profesionales de la
comunicación en el nuevo espacio público.
Cabe destacar que debido a la amplitud de temas que se
trataron y, especialmente, a la variedad de disciplinas desde las que se
abordaron las problemáticas, la comisión no pudo ser concluyente y llegar a un
consenso unánime en cuanto a conceptos básicos como los de información y
comunicación, por lo que a lo largo del informe, los autores los usaron con
diversos significados y matices –lo que da cuenta del pluralismo con el que fue
confeccionado-. Sin embargo, en términos generales, se puede referir la
comunicación como un “proceso de intercambio de informaciones, hechos,
opiniones y mensajes entre los individuos y los pueblos” y a la información
como un “producto, independientemente que se trate, por ejemplo, de noticias,
datos y de los demás contenidos de los medios de información, de las
actividades o de las industrias culturales”4.
Basados en lo que declara el informe, la UNESCO comienza a brindar
apoyo para el desarrollo de Políticas Nacionales de Comunicación en los países
del Tercer Mundo, orientadas a “tratar de definir flujos equilibrados de
información y un mayor control nacional sobre los recursos y sistemas de
difusión cultural”5.
No obstante, para cuando las pautas para el desarrollo
del nuevo orden mundial se quisieron poner en marcha, la situación geopolítica
en los países del tercer mundo no era la misma que cuando se redactó el
informe.
Para principios de la década de 1980 se produce la
llegada al poder en los países centrales del eje capitalista, de los sectores
más ultraliberales -Ronald Reagan en EEUU y Margaret Tatcher en el Reino
Unido-, que se opusieron abiertamente a los postulados del informe McBride,
calificándolo como un “conjunto de proyectos sovietizantes”6, por lo
que ambos países se retiran de la asamblea de la UNESCO (EEUU en 1984 y R.U.
al año siguiente). De inmediato comienzan a desarrollar una alternativa al
NOMIC basada en el libre flujo de información llamada “Nueva Estrategia de
Comunicación” -que daría origen a lo que se conoce como Sociedad de la Información-,
alternativa que fue adoptada por la
UNESCO en la conferencia de 1989 dando así por concluido el
proyecto del nuevo orden mundial de la información y comunicación.
La falta de resistencia por parte de los países del
tercer mundo ante la embestida de los países centrales puede explicarse debido
al proceso de fuerte endeudamiento en el que cayeron los primeros con el
advenimiento del neoliberalismo, además de que en Latinoamérica (quizás la
región que con más ímpetu impulsó al NOMIC) regía la “Doctrina de Seguridad
Nacional”, comandada directamente desde el Departamento de Estado de los
Estados Unidos y que, a través de feroces dictaduras militares y represiones,
intentó sistemáticamente borrar todo rastro de democratización en las
comunicaciones, allanando aún más el camino para la penetración de los grandes
medios norteamericanos.
Sin embargo, se pueden considerar otros motivos que
atentaron contra el desarrollo de las políticas del NOMIC. Por ejemplo, la
falta de correlato entre las declaraciones acerca de la problemática y las
acciones concretas tomadas al respecto; la desprolijidad en el manejo del
asunto por parte de los funcionarios involucrados –en su mayoría no capacitados
o interiorizados en lo que se venía tratando-; el excesivo esfuerzo puesto en
el modo de hacer las declaraciones, en contraposición a la acción dinámica del
sistema imperante; y por último, el hecho de que la lucha por la emancipación
informacional y comunicacional no llegó a la sociedad media, quedando solo en
el esfuerzo de intelectuales y expertos7.
De todos modos, para la mayoría de los comunicólogos y
referentes en la materia, el NOMIC, además de significar un hito en la historia
de la comunicación y las relaciones internacionales, aún conserva casi intactos
sus postulados. Aún así, con la incursión del neoliberalismo en los países del
tercer mundo y los procesos de globalización que hicieron que muchas de las
problemáticas que planteó el informe McBride no sólo sigan vigentes, sino que
además se hayan exacerbado, hay que tomar en cuenta además que desde la
elaboración del NOMIC a la actualidad, ha aparecido un nuevo campo de
interacción y de lucha: la internet8.
Para finalizar, es necesario observar que para seguir
enfrentando las problemáticas planteadas por el informe McBride hace más de
treinta años, es fundamental considerar cuestiones clave como la
democratización de los medios y de la comunicación a través de, por ejemplo, un
servicio público (no gubernamental) eficiente de comunicación y no mediante
esfuerzos de los estados o la industria por crear nuevos ordenes
internacionales. Además, es necesaria la incorporación de nuevos actores de la
sociedad civil, como las ONGs, en los debates acerca de las implicancias de
concebir a la comunicación como un derecho, especialmente considerando el
espacio público vigente en la actualidad9.
Bibliografía:
1-
Declaración de
Argel del Movimiento de los Países No alineados, citado en Castro Chans, 2008
2-
96 países miembros
del MNOAL en la cumbre de La
Habana 1979. http://es.wikipedia.org/wiki/Movimiento_de_Países_No_Alineados
(consultado el 23/06/2011)
3-
http://es.wikipedia.org/wiki/Informe_McBride
(consultado el 23/06/2011)
4-
Apéndice 3 del
Informe McBride citado en Castro Chans, 2008
5-
Francisco Sierra,
2005 citado en Castro Chans, 2008
6- http://es.wikipedia.org/wiki/Movimiento_de_Países_No_Alineados
(consultado el 23/06/2011)
7-
Antonio Pasquali,
2007
8-
Op. Cit.
9-
Alan Alegre - Sean
O’Siochru http://vecam.org/article671.html
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